LA AMADA MADRE MARIA: 

PERMITAN A SU SER CRISTICO ACTUAR 

El Puente, marzo 1961

  ¿ESTÁN USTEDES PERMITIENDO AL BEBE DEL CRISTO DENTRO DE SUS CORAZONES ACTUAR, o están reteniéndolo tan bien cerrado dentro de los confines de su inseguridad emocional, de sus conceptos mentales, de sus memorias etéricas y de sus poderes razonadores QUE AL DIOS TODOPODEROSO A TRAVÉS DE USTEDES, ESTE DÍA, NO SE LE PERMITE NACER EN ESTA HORA CÓSMICA? 

Piensen en esto - si son un hombre o mujer - son ustedes quienes a través del libre albedrío permiten el Segundo Nacimiento, la expansión del Cristo Viviente a través de ustedes, o cojean junto a su tumba, habiendo hecho bien PERO NO SUFICIENTE!

Hemos hablado ahora durante muchos años acerca de li­berar el Poder de Dios para que actúe a través de ustedes. Yo, Misma, repetidas veces les he dicho que los propios brazos que usan pueden ser los brazos del Santo Ser Crístico; que cada paso que dan, cada acción, cada palabra pronunciada puede ser de la personalidad o de la expansión del Santo Ser Crístico. 

¿QUE, en el Nombre de Dios, ESTA HACIENDO EL SANTO SER CRISTICO MOMIFICADO DENTRO DE LOS ESTUDIANTES, quienes tienen tal conocimiento de esta Ley, encerrado centuria tras centuria, cada individuo esperando el logro de alguien más para exteriorizar la Perfección, la Curación, la Paz, la Pureza o cual­quiera la cualidad que pueda ser?

Revista La Palabra, LAINEC, Abril 1998 Pág.11 -extracto-

LA AMADA DIOSA DE LA LIBERTAD: 

LA ANTORCHA DE LUZ VIVIENTE 

El Boletín, 1 de marzo de 1959 

¡Amados y benditos seres de la Luz! Vengo a ustedes en este momento de Importancia Cósmica con un Mensaje Específico de Libertad para los pueblos de la Tierra y todas Sus evoluciones acompañantes. Ese, de seguro, es Mi Ser­vicio Cósmico durante todos los eones de tiempo, porque he participado en la liberación de la humanidad. Ángeles aprisionados y vida elemental de las sombras de la aflicción.

En Mi posición, como un Miembro de la Junta Kármica Misma, he tenido la oportunidad de visitarles a ustedes y a todos los diez billones de individuos pertenecientes a la raza humana cuando han arrojado sus vestiduras carnales y han venido con sus manojos de logros. Ha sido Mi alegría durante ese tiempo aceptar cada aceleración de la Vida y Luz que está dentro de sus conciencia y recomendarles a la Esfera más alta posible para entrenamiento e instrucción. 

Estamos dando más y más Libertad al Ser Crístico dentro de todos y cada bendito individuo quien esté sobre este planeta Tierra para expandir pero todos, son individuos de libre albedrío y ustedes, también, tomaron la encarnación jurando servir a la Causa del Maestro Ascendido Saint Germain y establecer y expandir esa hermosa Edad Dorada aquí sobre la Tierra durante este período de dos mil años. Naturalmente que no esperamos que la mayoría de ustedes permanezcan durante dos mil años - eso sería un poco difícil para sus vestiduras carnales fatigadas. Sin embargo, pueden anclar dentro de sí mismos suficiente del Poder de la Llama de la Libertad y dirigirlo a través de ustedes mismos; en. a través y alrededor de los demás individuos y de ese modo dejar una antorcha viviente de Libertad y Li­beración detrás de ustedes. 

¿Por qué piensan ustedes que siempre soy representada como sosteniendo la antorcha? Por la razón específica de recordarles que si dejan esta Tie­rra y no preparan y dejan conscientemente una antorcha de Luz viviente para llevarla adelante en el servicio a Dios, lo cual significa la conciencia anclada con el entendimiento completo de la Actividad del Maestro Ascendido Saint Germain, habrán cometido un pecado de omisión porque se les ha dicho repetidamente este Aspecto de la Ley Cósmica. ¡AHORA, tomen esa antorcha - primero ándenla dentro de sí mismos en una expansión de su Santo Ser Crístico, en la exteriorización y proyección de su propia bendita Inmortal Llama Triple, en la finalización de un proyecto constructivo, y mientras tanto pidan a su propio Santo Ser Crístico un individuo a quien puedan dar la Antorcha de Libertad an­tes de que completen el curso de esta encarnación y regre­sen al Hogar!

Revista La Palabra, LAINEC, Febrero 1997 Pág.6 -extracto-