EL DESEO POR LA OPULENCIA
EL CHELA:
Amado Maestro, es malo desear ‘cosas’? hemos escuchado tanto de la
naturaleza de no desear.
EL GURU: Bendito
chela, la verdadera doctrina es no llegar a estar apegado a las ‘cosas’. La
propia palabra “deseo” (de - ‘del’… seo - ‘padre’) significa que las ideas,
esperanzas, visiones y planes constructivos que entran a la mente y
sentimientos del chela son impulsos desde el Padre para que el chela exteriorice
más de las cosas buenas de Su Reino sobre la Tierra.
El deseo debe estar libre de egoísmo y libre
de cualquier poder motivador para engrandecer la personalidad. Es fácil medir si
el deseo es nacido verdaderamente del Padre o del ser inferior. Si el deseo,
cuando es moldeado por el pensamiento, energizado por el sentimiento, y
exteriorizado a través del esfuerzo práctico mediante la cooperación del cuerpo
físico, beneficiará a cualquiera o a todos los miembros de la raza humana, éste
es del Padre. Si el deseo meramente gratificará al ego personal, éste es nacido
de lo inferior.
EL CHELA:
Amado Maestro, quieres decir que la
atracción de la belleza en el hogar, medio ambiente, y persona es, en
consecuencia, una gratificación del ser personal?
EL GURU: Bendito
chela, el examen cuidadoso del motivo por el cual deseas embellecer, armonizar
y amplificar el mundo personal revelará la respuesta a tu pregunta. Si deseas
tal perfección para glorificar a Dios a través de un ejemplo para tu prójimo;
si deseas mayor opulencia para inspirar a otros a que apliquen la Ley mediante
la cual has precipitado la belleza en este mundo de la forma; si haces un pacto
personal contigo mismo para usar eso que atrajiste para la bendición de toda
vida, estás actuando dentro del compás de la Ley Espiritual. Sea recordado que
por cada mil de quienes planean lo que ellos harían si tuvieran una posición
económica mejor para adelantar el trabajo de los Maestros UNO realmente
consagra el resultado de sus esfuerzos en la precipitación para esa causa. Es
fácil de veras dedicar eso que aún es efímero. Más difícil de veras es
compartir eso que está a la mano.
Cada precioso Templo, construcción o expresión
artística que inspira a la raza ha sido atraído desde el DESEO nacido en el
corazón de algún hombre o mujer. El sentido de posesión personal (apego) que
hace infeliz al individuo si la precipitación no está bajo su manejo y control
personal, es contra lo que advirtió el Buda.
La flor no desea poseer su fragancia, ni el
pájaro atesorar su canto. Tal actitud de crear y ‘soltar’ es la conciencia a
ser adquirida. Entonces, no las ‘cosas’, sino la capacidad para invocar las
‘cosas’ a voluntad, cuando sea requerido, es el regalo del individuo más
preciado que el oro.
Libro “El Gurú y El Chela”, LAINEC.
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