EL AMADO SAINT GERMAIN
EL FUEGO VIOLETA ES UNA ACTIVIDAD DIVINA DE TRANSMUTACIÓN
El Puente, agosto 1955
Oculto en algún lugar de su ser está la renuencia a aceptar el hecho
de que el Fuego Violeta ES una Actividad Divina de Transmutación, que cambia
imperfección a Perfección. Esos sentimientos indispuestos deben soltarse antes
de que puedan poner en práctica la Alquimia Divina de la Transmutación y
atestiguar la actividad INMEDIATA de purificación. Esto puede, y será
hecho por aquellos benditos chelas que tengan suficiente Fe en Mis palabras, y se den cuenta de que
no apelaría a ellos para ejercitar el Poder de Dios que siempre está a la mano
y no puedan lograr los tan llamados milagros con el agitar de una mano.
Cuando se hayan desviado de los viejos conceptos y purificados sus
vehículos inferiores, su Glorioso Ser Divino les investirá con lo no soñado de
los Poderes para asistir en la introducción de la Edad Dorada Permanente.
Un punto importante que el chela debería tener presente siempre es que
después que él ha usado y usado y usado la Llama Violeta Transmutadora y no
tiene los impactos siempre-recurrentes del mal uso del libre albedrío de la
Energía Sagrada de Dios, él mismo se permite llegar a estar desganado. Es en
tales momentos que él piensa, 'bien estoy libre de eso', quizás alguna
pulsación infinitesimal de la impureza anterior no ha sido removida con la
actividad depuradora, y aflora para purificación. Este es el momento en que el
chela alerta no vacila ni por una fracción de segundo sino que con la tenacidad
de alguien aferrándose a la balsa salvavidas en un mar agitado, debería saber
que la fe en la actividad boyante resultará en su salvación. Uno nunca sabe la
cantidad de acumulación de imperfección, y no debería ni por un instante
aflojar la aplicación.
Mientras un Individuo lleve puesta una vestidura
carnal el alerta es de Importancia primordial, y el uso del Fuego Sagrado de la
Transmutación debería estar comprometido diariamente.
Su Amigo y Consejero, Saint
Germain
Revista La Palabra, LAINEC, Octubre 1996 Pág.12 -extractos-
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