EL AMADO JESÚS
NO MI VOLUNTAD SINO LA TUYA SEA HECHA
El Puente, Septiembre-Octubre 1952
La
conciencia del hombre un día se para delante de la Presencia de Dios y la unión
espiritual de la voluntad del Padre a través del conocimiento auto-consciente
del hijo restablece el estado natural de cada ser individual quien transita los
caminos de la Tierra. Cuando la conciencia ya no es el juguete de los cuerpos,
sino el servidor inteligente del Ser por encima, verdaderamente comienza la
misión del Ser.
Esta
dedicación completa de la conciencia externa con el sentimiento profundo de “No
mi voluntad sino la Tuya sea hecha” se logró por Mí antes que comenzara Mí
ministerio público. Se debe lograr de igual manera por cada hombre, particularmente
por aquellos quienes actualmente están siendo entrenados para las posiciones
como Mostradores de Camino para una raza que aún está dormida.
Revista La
Palabra, LAINEC, Octubre 1998 Pág.19
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