lunes, 18 de diciembre de 2017

EL AMADO GAUTAMA

SIGUIENDO LA LEY DEL BUDA

El Puente, agosto 1957


No existen demasiados entre la humanidad, con los moti­vos cuyos corazones deben ser y para permanecer como una "Copa" de Luz viviente manejable, impersonal; por amor a Dios solamente, magnetizando esas Virtudes desde los Reinos Superiores, mientras aún está sosteniendo un vehículo físico en el mundo de la forma que está sujeto a todas las diversas acciones vibratoria de la atmósfera inferior de la Tierra. ¡Esos "pocos" que sirven son benditos de veras entre los hombres! 

Mientras más lejos va uno sobre el sendero espiritual más sutil y delicado es el hilo de la prueba y, con frecuencia, en su esfuerzo extraordi­nario para agotar su propio karma y de estar personalmente libre de eso, el ser externo no sabe del egoísmo dentro de su motivo. Aquel que sigue la Ley del Buda voluntariamente per­manece en esa Esfera dentro de la cual su propio Ser Crístico le ha dirigido; allí alegremente magnetiza los regalos de la Deidad; impersonalmente permitiendo que la radiación de sus Virtudes Divinas fluyan hacia afuera. 

El no tiene opinión en cuanto al mérito de aquellos que son los recibidores de su bendición - no más que la Copa de Comunión que es sostenida en los labios de los comulgantes, decide dentro de Sí misma si o no existe sacrilegio dentro del alma de aquel que se arrodilla delante de la baranda. 

¿Pueden ustedes llegar a ese lugar donde su vida y su virtud pertenezcan a Dios, al hombre, a la vida Elemental, al Ángel encarnado o a la criatura cuadrúpeda por igual - sin nin­guna presión de sentimientos personales de su ser externo; escogiendo dirigir sus regalos impersonalmente hacia uno o más de aquellos a quienes temporalmente el karma los ha atraído alrededor de ustedes; por buenas o malas influencias del pasado? ¡Tuve que aprender ese Camino!

Revista La Palabra, LAINEC, Diciembre 1993 Pág.8 -extractos-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario