lunes, 22 de octubre de 2018

LA AMADA SOO CHEE: NO PIERDAN LA FE, NUNCA PIERDAN LA ESPERANZA


LA AMADA SOO CHEE:

NO PIERDAN LA FE, NUNCA PIERDAN LA ESPERANZA

14 de Enero de 1980

     Así como un elemental toma una forma diferente y la manifestará de diferente manera (una manifestación diferente — de otro elemental) así también son los millares de vidas terrenas en la forma humana; piel coloreada diferente; diferentes ojos, narices, labios, oídos; aún más diferentes formas de extremidades — desde el delgado pie de los Europeos hasta el ancho pie de los Indios o de los Africanos. Sin embargo dentro de los cuerpos de cada uno — sea la piel rosada, blanca, marrón, dorada, roja, amarilla, aún más negro-azulado — no importa qué, todos han tenido el mismo principio.

  Mi Amado Confucio y Yo necesitamos de cada uno de los estudiantes para que comprendan plenamente a sus hermanos, sus hermanas —su prójimo— en cada continente, y en cada clima a través de todo este Planeta. Comprenderán, a través de la compasión y la buena voluntad de leer y conocer acerca de los diversos estilos de vidas de aquellas corrientes de vidas; exactamente quiénes son ellos, qué son, y cuál es su condición.

   Que su fuerza continúe, a medida que tenga que sostenerse esta magnífica Actividad juntos. ¿Dónde estaríamos sin ustedes? Porque sin un brazo sobre esta tierra física, Nuestros Poderes son casi impotentes.

    Sólo sepan que estamos con cada uno de ustedes en cada paso del Sendero. No pierdan la FE! NUNCA pierdan la Esperanza! Sepan que estamos ganando juntos, y que la fuerza siniestra está en fuga y que la Luz está prevaleciendo sobre la oscuridad aumentando día a día! Les bendigo con Mi Ser, y les inundo a cada uno de sus vehículos con la Llama Dorada de la Iluminación que es Mi Privilegio representar como Chohan del Segundo Rayo. Vengan a Mí por Sabiduría e Iluminación, y les asistiré en absorber esto en su ser.

     Dios les bendiga, Mis amigos y les digo a cada uno buenas noches.
Lady Soo-Chee
Chohan del Segundo Rayo
Revista La Palabra, LAINEC, Mayo 1980 Pág.22



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