EL AMADO SEÑOR LANTO:
DE CUANDO EL SEÑOR MIGUEL DESCENDIÓ A LA TIERRA...
Junio 1954
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Ellos vinieron
desde Venus y desde los diversos Soles de esta galaxia, hermosos Seres que se
unieron al Manú, diciendo “Si, iremos contigo debido a ciertos ímpetus que
poseemos que pueden asistir a esta nueva raza.”
El Amado
Arcángel Miguel, llevando puesta una corona resplandeciente sobre Su cabeza y
llevando la bandera azul real de Su Rayo sobre la cual estaba blasonado en
letras de oro “YO SOY LA VOLUNTAD DE DIOS”, conducía el cortejo magnificente,
acompañado por las Legiones de Su Corte, quienes iban a proteger a los recién
llegados.
Él fue seguido por el Señor Manú y los diversos Seres Quienes habían
asumido la responsabilidad de la asistencia en el desarrollo espiritual de los
nuevos egos espíritus. Después venían aquellos por quienes toda esta preparación
amorosa había sido hecha, los mismos Santos Inocentes, vestidos con sus cuerpos
etéricos brillantes, hermosos.
Cuando cada pie
de esa inmensa asamblea hubo tocado la Tierra, todos se arrodillaron alrededor
de esa gran bandera y el Señor Miguel dijo la invocación al Unico Dios Eterno
de la Luz para que Su Voluntad siempre pudiera ser hecha sobre la Tierra como
era en el Reino Celestial.
Luego hizo un voto solemne delante de toda vida de
que El nunca dejaría la atmósfera de la Tierra hasta que cada corriente de
vida, no sólo en ese primer grupo, sino todos aquellos que iban a venir en el
futuro, hubieran completado su misión y regresado con dignidad a su Hogar del
Padre.
Cada rodilla se dobló, cada cabeza se inclinó en gratitud y cada corazón
se llenó de alabanzas, de amor y del deseo de “SER”.
Si ustedes
ahora le dan al Señor Miguel su adoración, sentirán de nuevo esas corrientes,
porque muchos de ustedes estuvieron entre ese primer grupo.
Revista
La Palabra, LAINEC, Enero 1991 Pág.17 -extractos-
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