EL AMADO SERAPIS BEY:
LAS FUERZAS DE UNA CORRIENTE DE VIDA
16 de Octubre de 1965
Las
fuerzas de una corriente de vida son tejidas dentro de los gloriosos colores
del Cuerpo Causal, y luego - cuando el corazón del ser encarnado escoge, él
puede 'magnetizar' las energías e ímpetus dentro de estas bandas de Luz
pulsante, resplandeciente, y la liberación completa de esos poderes de
Maestría y Amor pueden ser atestiguados por el ser externo y por los sentidos
de los demás!
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigneCgMTK2Mo1R0grdOttjCTcE8N7iLxLIItr1XfF_STDaOsgPPCV8DMPgzvHmgipFayKn_BVW7tkQav0TBpk3GPFUvhw_9jTmqmmdDgkqhHocD06WfhSBNQTzPGCDhWmZAtxCS2N2nRk/s400/Serapiscuerpocausal.jpg)
Esta
es la Acción del Fuego Sagrado que Nosotros enseñamos en la Atlántida, que
enseñamos en Luxor! El Fuego Sagrado en el Corazón es de la misma vibración, la
misma potencia, que el de la Energía Calificada que compone el Cuerpo Causal
de cada corriente de vida que ha escogido convertirse en parte de la humanidad
de la Tierra y ha tomado la responsabilidad de atraer la Luz Universal,
calificándola, y dándole forma.
Cuando
el individuo puede SENTIR ese Fuego Sagrado como una actividad que puede ser
utilizada para intensificar los Poderes de Dios, al igual que la simple lupa
intensifica el calor del Sol, tal ser tiene Maestría dentro de su control
consciente... SI él experimentara con Sus poderes.
Formar un "Puente" desde lo
Divino hasta lo humano, en vez desde lo humano hasta lo Divino, ha sido Nuestro
proyecto. Fuerte, poderoso y constante ha sido Nuestro flujo, pero requerimos
los poderes magnéticos liberados a través del corazón de los seres no
ascendidos para 'capturar' y 'anclar' Nuestras corrientes en la atmósfera
inferior de la Tierra como un 'conductor' de poder suficiente para que Nuestros
planes, pensamientos, palabras y diseños puedan llegar a ser discernibles a las
mentes externas de aquellos seres ansiosos pero sin comprensión quienes han
ofrecido en los Niveles Internos servir con Nosotros.
Revista
La Palabra, LAINEC, Junio 1988 Pág.17 -extractos-
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