EL AMADO HILARION:
LOS AGNOSTICOS, LOS CINICOS, LOS AMARGADOS…
El Puente, julio 1953
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Así como Yo, Mismo, una vez - hace mucho tiempo, como Pablo el
apóstol - rechacé el Cristo, y a través de Su Misericordia, tuve Su Presencia
revelada ante mí, así prometí, cuando obtuve Mi Liberación, pararme al lado de
cada alma que esté también tan sumida en la ignorancia que, a través de la
presión de Mi propia experiencia - además de un deseo de rendir un balance a
ese Cristo por Su Bondad hacia Mí - pueda prestar igual servicio a ellos.
Apreciaría cualquier llamada que los seres no ascendidos puedan desear
hacer a favor de esas grandes masas de almas que entran por las ‘Puertas del
Más Allá’ solas, asustadas, y sin la bendición de una oración para acompañarles
en su viaje. Sus llamadas harían mucho por asistirnos en Nuestro cuidado de
estos seres infelices.”
Revista La Palabra, LAINEC, Enero 1997 Pág.19
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