martes, 13 de febrero de 2018

EL AMADO MAHA CHOHAN

PERMITAN AL SAGRADO CRISTO INTERNO SER LA INTELIGENCIA DIRECTORA

El Boletín, 26 de abril de 1964

          La gente no ascendida tiene una tendencia a cambiar la acción vibratoria de sus cuerpos muy repentinamente, sumergiéndose de una actividad a otra, de una emoción a otra, y a pesar que estas sean de una naturaleza constructiva, el alma dentro del hombre a través de quienes pasa estas vibraciones cambiando rápidamente, debe ajustarse a cada tal transición. Esto tiene el mismo efecto como el que tendría el sumergimiento de un cuerpo en agua caliente luego fría en un momento.

          Nos damos cuenta que las corrientes de vida en el Occidente a través de sus naturalezas emprendedoras y vigorosas están pobladas de acción, pero es esencial que ellos aprendan a moverse suavemente a través de la vida, aún en su servicio. Ellos encontrarían entonces que la acción vibratoria de la naturaleza del alma sería mucho más receptiva a la vibración de las Octavas Superiores que cuando a través de un buen motivo frecuentemente llegan a estar tensos y apurados.

          Mantener siquiera paz, aún deteniéndose muchas veces en el curso de un día, para re-orientar su sentimiento, es hacer cierto progreso sobre la escalera de evolución, porque cuando el alma se agita por el cambio de vibración, llega a estar rígida y tensa y se cierra a la receptividad de las Influencias Superiores.

          Cuando el alma está en descanso por una vibración armoniosa de los Cuerpo Internos, se abre como una flor y la radiación desde la Presencia “YO SOY” y desde los Reinos Superiores es más uniformemente recibida .

          Es para este propósito que continuamente les aconsejo permitir al Sagrado Cristo dentro ser la Inteligencia Directora de su corriente de vida, y cuando eso sea permitido, el chela encontrará que día por día su sendero a lo largo del camino de la Voluntad de Dios será un viaje armonioso y hermoso.

Amor y Bendiciones, El Maha Chohan


Revista La Palabra, LAINEC, Abril 2002 Pág.7

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