martes, 26 de julio de 2016

EL MAHA CHOHAN: 

EL PODER DE LA PRECIPITACION 

El Puente, junio 1958 
      Amados seres buscando los Poderes de la Precipitación consciente del Bien para el beneficio impersonal de la Dulce Tierra:
Vengo para darles Mis bendiciones por la dulce sinceridad de sus queridos corazones tratando de resucitar el Poder natural de la Precipi­tación para sus propios queridos seres y para su prójimo.

Como Yo estoy también entre Esos Personajes Divinos Quienes están interesados en el uso consciente del Poder de la Precipitación uti­lizado tan libre y magnificentemente por el Reino de la Naturaleza, sólo puedo regocijarme de que ahora, en esta hora de crisis planetaria, exista surgiendo dentro de lo más recóndito de su naturaleza espiritual, un deseo hermoso y sincero de aprender a usar el Poder de la Precipitación. ¡Este Poder una vez lo conocieron y utilizaron durante eones de tiempo antes de que el Velo de maya' (con sus conceptos limitados) les hiciera perder temporalmente este Poder y aceptar la limitación como siendo la Sagrada Voluntad de Dios para ustedes!
      La Precipitación del Bien es parte de su Herencia Divina. ¡Ahora amados, alcancen y conscientemente acepten este Poder! Les ayudará. ¡Ya no permanezcan con la aceptación de su impotencia espiritual! ¡Lo que el Reino de la Naturaleza exterioriza cada año para la belleza, nutrimento y aliento de la humanidad, ustedes, también, pueden hacer AHORA MISMO! Este será el más grande ejemplo para la humanidad (que disfruta más del fruto que del árbol paciente que lo produce) y hará que algunos pocos entre ellos deseen aprender la Ley de la Precipitación para ellos mismos. No se desilusionen, amados, si la mayoría arranca el fruto de sus disciplinas y manifestaciones resultantes espirituales, pero que están mucho menos interesados en la manera mediante la cual ocurren tales manifestaciones. ¡Siempre ha sido así!


Recuerden siempre, amados hijos, que el Nuevo Día ha amanecido y que Mi Hijo, el Maestro Ascendido Saint Germain, depende de us­tedes, de cada uno, para manifestar la Edad Dorada Permanente sobre la Dulce Tierra a través de sus espíritus dedicados. ¡Este es el Reino del Cielo que viene AHORA!

Revista La Palabra, LAINEC. Enero 1995 Pág.5 -extracto-

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