EL AMADO HILARION: 

EL USO DE LA MUSICA Y LOS DECRETOS RITMICOS 

El Puente, noviembre 1972

        ¡Amados de la Luz, estamos dependiendo de ustedes para manejar los Centros de Controles para que todas las personas de esta Tierra eleven sus conciencias, y de ese modo salvar a la Tierra de mucha devastación adicional! Están haciéndolo excesivamente bien, pero se Me requiere por Ley Cósmica traer a su atención enérgicamente la necesidad de servir con el Ser Crístico de todos los pertenecientes a este planeta.

          Así como la veleta indica en cual dirección está soplando el viento y es usada para guía, así también los Grupos de Jóvenes por todo el planeta significan que el cambio es inminente y por este influjo de Luz dentro de las almas de la Juventud estamos extraordinariamente agradecidos. Sin embargo, ustedes deben estar preparados para el momento – y algunos ya están listos y esperando ahora – para guiarles a ellos hacia las Actividades Superiores de la Ley! ¡Esta es SU responsabilidad y la oportunidad está tocando a su puerta!

            Permítanme señalar unas pocas maneras de lograr esto.

      ¡Estamos proponiendo la necesidad de Música en su vida diaria, en sus actividades de grupo a través del uso de la música armoniosa dirigida hacia dentro de aquellos quienes participan! Se puede acompañar esta actividad mediante el uso de las Llamada para su iluminación y purificación.

            A través de los años hemos aconsejado el uso de decretos rítmicos – aquellos que fluyen fácilmente y producen una radiación armoniosa. También los llamados Decretos ‘pulsando fuertemente’ han sido usados con tremendo éxito porque ellos eran, y aún son en algunos casos, requeridos para quebrar la resistencia de la pared de acero de la conciencia dura de las masas.

          Un Decreto rítmico dado con hermosa música es especialmente efectivo; con las palabras investidas en la radiación de los tonos emitidos son aceptadas dentro de la conciencia más rápidamente, particularmente por el mundo de sentimiento de la Juventud.

Revista La Palabra, LAINEC, Agosto 2010 Pág.3 -extractos-