jueves, 27 de abril de 2017

LA AMADA MADRE MARIA: 

EL AMOR ES PODEROSO 

El Puente, marzo 1961

¡Oh si, Yo puedo ser poderosa amados seres! No es Mi naturaleza completa; Mi naturaleza es la naturaleza de Amor, pero el Amor es PODEROSO, uno de los más grandes poderes en el universo y la Madre amorosa es poderosa en Su protección de Sus hijos. La madre letárgica permite que el niño crezca de manera negligente, sin rumbo ni meta a través de la vida sin propósito y haciendo más daño que bien a ese individuo. Oh, seguramente, amé al Amado Jesús, pero EL SE EDUCO BAJO UNA DISCIPLINA ESTRICTA, la misma que la Mía misma, de lo contrario El hubiera corrido a algún lugar desconocido cuando llegaron las grandes pruebas de la vida.

Supongan, sabiendo como sabía de Su futuro, que lo hu­biera mimado durante Sus primeros años y protegido del mundo y de todas sus manifestaciones de mal, y luego cuando llegara Su Llamada, tuviera que mirar a los leprosos y al ciego y al demente, piensan ustedes que la fuerza de Su Propia Corriente de Vida lo habría capacitado entonces para usar VICTORIOSAMENTE el Poder del Cristo y de Su Padre en el Cielo para hacer esos milagros? ¡NO! ¡El hubiera estado entre todos los ascéticos que estaban en las colinas! Se requiere fuerza para amar, y sabiduría para amar y constancia para amar en el Sendero Divino.

       Así como eduqué a Jesús, así he tratado de ayudar a educar la conciencia de cada bendito y sincero estudiante pero la gente de la Tierra Me considera más bien una Flor delicada efímera que creció en Judea. Damas y Caballeros, se requirió todos los poderes de todas las vida que había vivido; todo el poder de los Arcángeles; todo el poder del Señor Maitreya (Divino); todo el poder de su Amado Saint Germain como José para ayudarme a vivir esa vida solamente, y se ha requerido y se está requiriendo todo el poder de Mi corriente de vida en está época para tratar y despertar la mente externa de los estudiantes a la Verdad Eterna de que EL CRISTO DENTRO DE ELLOS NO DEBE ESTAR ENTERRADO sino que se le debe permitir salir libremente! En­tonces no serán atrapados inconscientemente.

La Madre María

Revista La Palabra, LAINEC, Abril 1998 Pág.11 -extracto-

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