LA AMADA MADRE MARIA:
EL AMOR ES PODEROSO
El
Puente, marzo 1961
¡Oh si, Yo puedo ser poderosa amados seres! No es Mi naturaleza
completa; Mi naturaleza es la naturaleza de Amor, pero el Amor es PODEROSO, uno
de los más grandes poderes en el universo y la Madre amorosa es poderosa en Su
protección de Sus hijos. La madre letárgica permite que el niño crezca de
manera negligente, sin rumbo ni meta a través de la vida sin propósito y
haciendo más daño que bien a ese individuo. Oh, seguramente, amé al Amado
Jesús, pero EL SE EDUCO BAJO UNA DISCIPLINA ESTRICTA, la misma que la Mía
misma, de lo contrario El hubiera corrido a algún lugar desconocido cuando
llegaron las grandes pruebas de la vida.
Supongan,
sabiendo como sabía de Su futuro, que lo hubiera mimado durante Sus primeros
años y protegido del mundo y de todas sus manifestaciones de mal, y luego
cuando llegara Su Llamada, tuviera que mirar a los leprosos y al ciego y al
demente, piensan ustedes que la fuerza de Su Propia Corriente de Vida lo habría
capacitado entonces para usar VICTORIOSAMENTE el Poder del Cristo y de Su Padre
en el Cielo para hacer esos milagros? ¡NO! ¡El hubiera estado entre todos los
ascéticos que estaban en las colinas! Se requiere fuerza para amar, y sabiduría
para amar y constancia para amar en el Sendero Divino.
Así
como eduqué a Jesús, así he tratado de ayudar a educar la conciencia de cada bendito
y sincero estudiante pero la gente de la Tierra Me considera más bien una Flor
delicada efímera que creció en Judea. Damas y Caballeros, se requirió todos los
poderes de todas las vida que había vivido; todo el poder de los Arcángeles;
todo el poder del Señor Maitreya (Divino); todo el poder de su Amado Saint
Germain como José para ayudarme a vivir esa vida solamente, y se ha requerido y
se está requiriendo todo el poder de Mi corriente de vida en está época para
tratar y despertar la mente externa de los estudiantes a la Verdad Eterna de
que EL CRISTO DENTRO DE ELLOS NO DEBE ESTAR ENTERRADO sino que se le debe
permitir salir libremente! Entonces no serán atrapados inconscientemente.
La Madre María
Revista La Palabra, LAINEC, Abril
1998 Pág.11 -extracto-
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