miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL AMADO MAHA CHOHAN: 

EL NACIMIENTO DEL AÑO NUEVO 

9 de enero de 1955

Amados lujos de Mi Corazón:
             El comienzo del Año Nuevo pone en movimiento un nuevo ciclo cósmico para el individuo, el país, y el planeta mismo. Cada año está dividido en siete ciclos menores semanales, y el año entero representa el Siete veces Siete. con un ligero solapamiento de tres semanas que es debido al calendario imperfecto que no fue el error de los Antiguos Griegos, los Egipcios y los Atlantes, sino de los hombres intelectuales posteriormente.

El Año Nuevo, por lo tanto, representa otra oportunidad para cada alma y espíritu de cabalgar sobre la Marca Cósmica superior hacia dentro del Corazón del Cielo, colocando los años que se han ido antes dentro del incinerador cósmico del perdón y del olvido.

El nacimiento del Año Nuevo representado como un infante es realmente significativo de un nuevo comienzo - el individuo elevándose hasta comenzar ese año como si él justamente hubiera salido desde la matriz del tiempo aún sin record y memoria de imperfección del pasado. El hombre haría bien llevando con él en los días por delante el sentimiento de esperanza - de una oportunidad nueva y mejor que él experimento como el 'Nuevo Día que ya amaneció. El hombre quien hace esto puede progresar mucho más rápidamente que él que insiste en llevar con él las memorias de esa encamación Terrenal entera con sus vicisitudes, injusticias y fallas aparentes.


             La gran Ley Cósmica, con Su bondad, ha dividido la experiencia Terrenal del hombre a través de un gran número de vidas. Al cierre de cada periodo, el individuo es llevado a una morada de Amor donde el es impregnado de coraje, fuerza y poder para capacitarle a continuar su peregrinaje Terrenal con mayor liberación. La Ley Cósmica está alerta constantemente para asegurar y presentar ventajas por medio de las cuales el alma aspirante del hombre pueda progresar, desarrollarse y unirse con su Fuente de la manera más perfecta y fácil posible.

La Carta de Shamballa, 11 de enero de 1993

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