jueves, 10 de diciembre de 2015

LA AMADA MADRE MARIA:  

UN REGALO DE NAVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA 

 El Boletín 8 de diciembre de 1966
       
    

       Estos Días de Fiesta proveen una oportunidad para aquellos de Nosotros Quienes hemos ganado Nuestra Liberación de morar en las Esferas Superiores y sirven como una puerta abierta para Nosotros expandir Nuestros Regalos y Virtudes, enviándolos fuera para la aceptación en los corazones y conciencia de los individuos todavía llevando puesto vehículos de carne. Mi punto en traer esto a su atención es que en estos días designados, a ustedes, también, se les provea una avenida de medios favorables para cooperar adicionalmente con Nosotros, uniendo sus energías con las Nuestras en la elevación de la conciencia de la humanidad

       En tales momentos en que la humanidad de la Tierra piensa en Nosotros en celebración colectiva, e individualmente, sus corazones son receptivos al influjo de las Bendiciones del Eterno, capacitándolos para avanzar en algunos casos, ojalá que un poco, hasta la Victoria final que está ordenada para todos. Estén siempre alertas, y por la consulta a su amada Revista de El Puente (ahora La Palabra), se les provee con los días y fechas en que un flujo intensivo toma lugar, y pueden estar seguros que estamos muy agradecidos por los ímpetus añadidos de su energía.

     Oh, amados seres, ustedes quienes están conscientemente sirviendo con Nosotros no tienen un concepto de para qué se ofrecieron como voluntarios cuando tomaron la encarnación. Las Promesas en los Niveles Internos son comparativamente simples sin las cadenas de la carne, pero cuando cada corriente de vida aparece sobre la Tierra, Mi Corazón ora al Dios Padre-Madre para que ustedes permanezcan leales al Voto que han hecho. 

        Cuán bien sé lo que esto significa, porque tuve que hacer mucha oración, y recibí la asistencia de muchos llevando a cabo la Misión asignada a mí, y estaré eternamente agradecida a Aquellos Ascendidos y a aquellos aún por venir al Hogar, quienes me asistieron en este Servicio tan privilegiado. Sólo añadiré que “YO SOY” con ustedes siempre, con Mi protección amorosa, y oraciones constantes, para que ustedes también lleguen a su Victoria final en la Luz, al cierre de esta encarnación. 

          La Bendición de Nuestra Sagrada Familia sea con ustedes – del Amado Jesús, Saint Germain - y de su,
Madre María.


Revista La Palabra, Diciembre 2004 Pág.8 –extractos-




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