PABLO, EL MAESTRO VENECIANO:
SANTO SER CRISTICO
El Puente, junio 1958
El Salvador y Redentor personal de cada miembro
de la raza humana, Ángeles aprisionados y Espíritus Guardianes confusos aquí,
es el SANTO SER CRISTICOanclado exactamente dentro de sus propios corazones
pulsando. Nosotros, la Hermandad de Amor, estamos particularmente interesados
en expandir el poder y belleza de ese Santo Ser Crístico a través de cada chela
aspirando. ¡Es Nuestra razón de
ser! Este Santo Ser Crístico
ha sido sepultado dentro de la personalidad externa de los billones de
corrientes de vida que han usado la Tierra como un salón de clases durante
muchas eras. Ahora, el Fíat Cósmico para todos sobre la Tierra y para los que
deben encarnar aquí en el futuro es "¡LIBERAR LOS PODERES DEL SANTO SER
CRISTICO Y DEJARLE ACTUAR!" ¡Por esto estamos muy agradecidos! Para
algunos, el Santo Ser Crístico es todavía muy efímero e impráctico. Para unos
pocos, es una REALIDAD. Ahora, para toda la humanidad, se convertirá en el REDENTOR. ¡Ya no tendremos que persuadir a
la mente externa a aceptar la Presencia del Santo Ser Crístico dentro de los
corazones de toda la humanidad! ¡Ese propio Santo Ser Crístico está
estimulándose dentro de Su tumba, preparándose para romper los lazos del uso
destructivo del libre albedrío y manifestarse! ¡Por esto, doy gracias a Dios!
Su propio querido Santo Ser Crístico será de
inestimable asistencia ayudándoles a amar
libre a los Elementales que
componen su vehículo físico actual. Les dará el SENTIMIENTO de amor por toda
vida aprisionada. Este SENTIMIENTO no es la expresión negativa de la 'lástima'
sino la expresión positiva de la 'compasión', por toda vida aprisionada
y atada a sombras, donde quiera que atestigüen aflicción. "ÁMAME
LIBRE" es el llamado de la vida aprisionada. Suyo es el Poder para hacer
justamente esto. ¡No se sientan
culpables de los pecados de omisión en este, su momento de oportunidad
especial! ¡Verdaderamente estén
con los negocios de Nuestro Padre y ayúdennos a AMAR TODA VIDA LIBRE! ¡YO LES
AYUDARE!
Fuente: Revista “La Palabra”, Enero 1996 Pág.18
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