EL AMADO SAINT GERMAIN:
LAS TRAMPAS DE LOS SENTIDOS
Julio
1963
Después de que al ser personal se le
despoja de todo sentimiento de importancia y vanidad; después que se encuentra
a sí mismo que es nada, entonces el Espíritu comienza a elevar la conciencia
bondadosamente, pero de manera sostenida hacia mayores alturas, desde donde no
hay regreso hacia las trampas de los sentidos. Éste es un proceso voluntario,
individual, en el cual ninguna corriente de vida puede interferir. El alma
pierde todo sentido de la responsabilidad personal y sin embargo al perder ese
sentido de responsabilidad personal por cualquier parte de la vida en
particular, llega a estar consciente de una responsabilidad universal por la
vida en todas partes. Esta liberación de las cadenas de servir a lo personal
lleva al Espíritu hacia un entendimiento de las palabras de nuestro Gran
Maestro “Cuando Yo soy elevado también se elevan todos los hombres”, y la
conciencia ascendente escalando la Montaña del Logro se convierte en un poder
acelerador de la conciencia entera de toda la raza humana.
Mientras que alguien aún se sienta
atado a cualquier parte de la vida distinta y separada, él todavía no ha puesto
los pies sobre las regiones de la Sagrada Montaña. Cuando uno puede pararse
desprovisto y despojado de toda atracción individual, y haya reemplazado el
amor de una parte por el amor de todos, entonces la Gran Ley Cósmica, como el
águila alada, descenderá rápido y llevará la conciencia individual sobre la
amplia parte posterior rápidamente hasta el punto de unión con la Divinidad.
Revista La Palabra, LAINEC, Enero
1982
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