sábado, 5 de marzo de 2016

EL AMADO SAINT GERMAIN: 

LAS TRAMPAS DE LOS SENTIDOS 

Julio 1963

          Después de que al ser personal se le despoja de todo sentimiento de importancia y vanidad; después que se encuentra a sí mismo que es nada, entonces el Espíritu comienza a elevar la conciencia bondadosamente, pero de manera sostenida hacia mayores alturas, desde donde no hay regreso hacia las trampas de los sentidos. Éste es un proceso voluntario, individual, en el cual ninguna corriente de vida puede interferir. El alma pierde todo sentido de la responsabilidad personal y sin embargo al perder ese sentido de responsabilidad personal por cualquier parte de la vida en particular, llega a estar consciente de una responsabilidad universal por la vida en todas partes. Esta liberación de las cadenas de servir a lo personal lleva al Espíritu hacia un entendimiento de las palabras de nuestro Gran Maestro “Cuando Yo soy elevado también se elevan todos los hombres”, y la conciencia ascendente escalando la Montaña del Logro se convierte en un poder acelerador de la conciencia entera de toda la raza humana.

          Mientras que alguien aún se sienta atado a cualquier parte de la vida distinta y separada, él todavía no ha puesto los pies sobre las regiones de la Sagrada Montaña. Cuando uno puede pararse desprovisto y despojado de toda atracción individual, y haya reemplazado el amor de una parte por el amor de todos, entonces la Gran Ley Cósmica, como el águila alada, descenderá rápido y llevará la conciencia individual sobre la amplia parte posterior rápidamente hasta el punto de unión con la Divinidad.


Revista La Palabra, LAINEC, Enero 1982

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