LA SEÑORA ESPERANZA:
USTEDES SON LA ESPERANZA DEL MUNDO
Mayo 1985
“YO SOY” el Espíritu Cósmico de la Esperanza y ustedes, los chelas encarnados, son la Esperanza de este planeta. Juntos somos UNA vibración continua desde los reinos de Luz hacia dentro de los corazones y mente del hombre.
Yo represento la Verdadera Identidad desde la Cuarta Esfera del Amor, la Esperanza de la salvación de cada hombre. Yo esgrimo el fuego de la Inmortalidad, que transfigura todo en la Realidad eterna del Amor perfecto. Resucitando aquí y ahora en el hombre el Ser Divino que verdaderamente es, el Cristo… el Amor perfecto hecho manifiesto.
Traigo la remembranza que es su Esperanza. Vengo a revertir el flujo de la Luz de Dios a través de los sentidos humanos que les mantiene magnetizados y atados a la condición humana. Vengo a atraer su Luz hacia arriba en pensamiento, sentimiento y acción hacia dentro del Corazón, Mente y Mano de Dios hasta que ustedes no estén más atados, ni siquiera por la fuerza de gravedad y Ascienden a la Maestría Permanente. Tal es la acción aceleradora de Mis Vehículos Flameantes.
Únicamente reconocerán Mi Vibración y Mi Esperanza si están armoniosos, en un estado de Gracia para Escuchar.
Ustedes deciden su herencia, la herencia del Karma (individual, racial, nacional y planetario) o la herencia pulsando exactamente dentro de ese exterior de la ilusión tenue, la Cuarta Esfera de la Luz Inmortal del Cristo. “Donde está su atención allí están”… en cadenas o en un estado Libre-Crístico. Algunas veces sienten que son víctimas. Digo “Son Dioses y Diosas de la Primera Causa” y deciden qué van a ser. “YO SOY” libre y deseo que sean libres para que juntos esta Tierra pueda ser libre y todos podamos continuar hacia Galaxias Superiores de Luz en el mundo más allá del Mismo Sol Central.
“YO SOY” uno con cada uno de sus esfuerzos, porque ustedes son la Esperanza del Mundo y “YO SOY” el Espíritu Cósmico de la Esperanza. Están en el eslabón final en conciencia conectando al hombre con el Trono Eterno dentro del Gran Sol Central y de ese modo sabemos que Nuestra Victoria está asegurada.”
Revista La Palabra, LAINEC, Agosto 1985 Pág.17
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