martes, 17 de mayo de 2016

EL MAHA CHOHAN: 

LA DEVOCION SILENTE PERO CONSTANTE 

El Boletín, 20 de septiembre de 1959

          El temperamento Oriental no busca el aliento personal que los estudiantes del Occidente usualmente esperan. Ellos saben que el amor y adoración vertida desde el corazón hacia cualquier Gurú o Instructor es retornado un millón de veces hacia el emisor de ese amor, expandiendo su aura, inundando sus cuerpos internos de Luz, y haciendo de él un ser mayor por su fidelidad, pensamiento silente, servicio.

          El estudiante Oriental sabe que la atención dada al hombre externo es sólo pasajera, y que al abandonar la vestidura carnal en la tan llamada muerte, todo elogio a la personalidad es sólo transitorio. Los lazos internos, sin embargo, construidos de la devoción silente pero constante, son suyos para la eternidad.

          El servicio ruidoso, vocinglero, o el deseo de ser “apreciado” es como el sonido de los cimbales de metales o el sonido estridente de las trompetas en el nacimiento de un capullo de loto tierno. Den a los Maestros Ascendidos su amor y atención constante así como cae la lluvia, silenciosa pero generosamente. Den su bendición, como brilla el Sol - a los justos y a los injustos por igual. Sepan que no hay una onza de energía liberada desde ustedes en SERVICIO que no sea grabada en su Libro de Vida, y de regreso a ustedes viene tal volumen de “interés” como no pueden concebir posiblemente. De tales chelas fieles se hacen los futuros Elohim y Señores Solares.

La Carta de Shamballa, 29 de septiembre de 1997, LAINEC -extractos-

          

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