EL AMADO ELOHIM ARTURO:
EL SEPTIMO RAYO
La Carta de Shamballa, 29 de Julio de 1980
¡Saludos desde el espacio interestelar, queridos
viajeros sobre la superficie de la Tierra, les traigo el Amor y Fuerza Poderosa
del Séptimo Rayo sobre el cual tengo la capacidad desarrollada de servir como
el Elohim con Mi Amada Diana, la Poderosa Diosa del Fuego Violeta!
Quizás recuerden que soy el Espíritu del Ritmo
para traer cualquier Poder Divino a la manifestación. ¡Precisamente uno no
puede usar el Fuego Violeta, o ninguna otra actividad Cósmica, y después de
unas pocas Invocaciones colocarlo en el estante de su conciencia y esperar que
su pleno ímpetu acumulado continúe su servicio! En sus vidas diarias
ustedes tienen que atender sus necesidades corporales -en la forma de
nutrimento, limpieza y así sucesivamente. ¿Esperarían que una ablución limpiara
su cuerpo durante un período considerable, o uno o dos sorbos de agua
apagarían su sed durante un periodo prolongado? ¡Pienso que no!
Hijos de la Luz, es debido al amor y deseo de
bendecirles con Mi Entusiasmo en el conocimiento de la eficacia del Fuego
Violeta que decidí, en Mi manera muy positiva, apelar a ustedes, con su amor
por el Amado Saint Germain, para que usen y usen más del Fuego Violeta
en esta hora crucial. ¡Nos damos cuenta naturalmente de que tienen diversas
avenidas de servicio espiritual en las cuales tienen un ímpetu - sin embargo,
cuando la Ley Cósmica expresamente les muestra en el principio de cada ciclo
anual el Patrón que se espera sigan, en el Nombre del Todopoderoso, incluyan
esa actividad específica en su aplicación diaria, y repito diaria, porque el
Ritmo de Servicio es de suma importancia para la manifestación!
Creo
que estarán de acuerdo conmigo y aceptarán el consejo que les doy. Permítanme citar de una publicación anterior que di hace
tiempo - "En el gran Esquema Eterno de las cosas Yo soy aquel
Quien responde al llamado del latido de corazón de cualquier individuo cuando
ese corazón, sincera y profundamente, desde dentro de sí mismo, desea liberar
la vida que ha llegado a estar atada; dándole liberación de la enfermedad, de
carencia, del miedo y limitación de todo tipo y descripción. ¡Dentro de esa
vida misma está la plenitud - la plenitud - la plenitud del Dios Todopoderoso!"
Al bendecirles, la Amada Señora Diana, Mi
glorioso Complemento, se une a Mí envolviéndoles con el Amor, el Poder y la
Sabiduría y Entusiasmo de Nuestro servicio a la Vida.
Fuente: Revista La Palabra, INEC, Agosto 1996 Pág.18
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