EL AMADO SERAPIS BEY:
LA META, LA ASCENSION
El Boletín, 26 de abril de 1959
AMADOS SERES
cada Miembro del Retiro Maestro Ascendido en Luxor es un Ser Quien ha aceptado
en cada célula y átomo de Su (El o Ella) Ser que la Ascensión, la Meta señalada
por Dios Mismo para todos Sus hijos no sólo es posible, sino que es una
manifestación real, práctica que puede ocurrir al cierre de esta vida Terrenal!
Seguramente su Ascensión no será tan ostentosa como la del Amado Maestro
Ascendido Jesús. ¡El mundo externo está en tal condición que su gente hoy
pensaría que estaban viendo naves espaciales por todo el planeta, si ustedes
comenzaran a elevarse visiblemente en Luz! ¡María, la Santa Madre de Nuestro
Amado Maestro Jesús, ganó Su Ascensión en la quietud y también así muchos de
sus seres amados, habiendo pasado por las ceremonias funerales necesarias de
esta era tan llamada civilizada, cuando Nos paramos al lado y removimos de la
forma reclinada la Luz viviente! Hacia esa gloriosa Presencia “YO SOY”
Electrónica ellos han ido, disfrutando esa Liberación Eterna que Nuestro Amado
Hermano El Morya ha prometido en retorno por su servicio a la Luz. Esa promesa
va más profundo.
¡Ustedes algunas veces piensan que meramente diciendo un
decreto; o cantando canciones; o limpiando la plataforma no es parte del propio
Sendero hacia su Ascensión! Les digo a ustedes que cada movimiento que hacen,
cada pensamiento que piensan, cada sentimiento que tienen, y cada acción constructiva
y positiva que dan para asistir el progreso ascendente de la raza entera está construyendo
dentro de su Cuerpo Causal ese ímpetu requerido de bien, para que sus seres
amados, al cierre de sus encarnaciones, nunca tengan que venir a esta Tierra de
nuevo; nunca tengan que agotar karma destructivo en cuerpos distorsionados y
almas confusas. Ustedes mismos, pueden, y tendrán la Ascensión al cierre de
esta vida Terrenal POR ESTO VIVO, ME MUEVO, TENGO MI SER; POR ESTO RENUNCIE AL
NIRVANA; POR ESTO VINE DESDE LA ATLANTIDA, LLEVANDO LA LLAMA DE LA ASCENSION EN
ESE BARCO FRAGIL A TRAVES DEL GRAN OCEANO!
La Carta de Shamballa, 5 de mayo de
1997 -extracto-
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