LA AMADA SEÑORA NADA:
SON TUS RAICES LO QUE IMPORTA
15
de agosto de 1954
Amados amigos de la
Luz, tan cerca he crecido de sus corazones y espíritus aquí en esta Ciudad de
armonía y amor, que escasamente parece necesario usar el medio de las palabras
para transmitirles a ustedes la gratitud de Mi corazón por la fidelidad de sus
espíritus y por la gran fuerza interna que ha manifestado y sostenido un campo
de fuerza de puro Amor Divino.
Cuando la Amada Caridad Me estuvo
ayudando con Mi aplicación personal, Ella vio dentro de Mi corazón de la niñez
cierto sentido de frustración de ser "la chica que se queda sin pareja en
el baile" entre tantas hermanas brillantes y hermosas. Ella Me dijo algo
un día que fue muy confortante y eso permaneció conmigo toda Mi vida. Ella
dijo "Ahora, niña, SON TUS RAICES LO QUE IMPORTA. ¡Cuando esas raíces
estén ancladas profundas en el conocimiento de Dios y en el amor por Dios;
cuando en los lugares secretos, silentes de tu propia alma esas raíces se
desarrollen con fe, pureza y amor de Dios; LA FLOR DEL TRABAJO Y EL PERFUME DEL
SER SERÁN SOLO UN EFECTO! Tu no necesitas tener que preocuparte más acerca de
ellas que lo que la planta creciendo tiene que preocuparse con el capullo
natural abriéndose. Las energías de esa planta están comprometidas
conectándose con la Tierra y los elementos que le dan su nutrimento, y a su
debido tiempo aparece la flor como un resultado natural".
Desde ese entonces ya
no busqué más las obras manifiestas en ellas mismas. Busqué echar raíces
profundas, profundas en el amor de Dios; en esa Gran Entrega para Su propósito;
en la realidad de que "uno con Dios es una mayoría". Encarné como
mejor pude la misma Verdad que Jesús manifestó de nuevo en "Busquen
primero el Reino del Cielo... y todas las demás cosas les será dada por
añadidura". Fue así en Mi experiencia.
Hoy ustedes, también,
están plantando sus raíces profundas dentro de la Llama de sus corazones de
donde viene el alimento, el propio latido de su cuerpo; de donde viene la
curación para su carne; de donde viene el suministro sobre su mesa y los
propios techos encima de sus cabezas. Así como sus raíces se anclen en Dios,
sin estar buscando alimento espiritual externo, así su flor se manifestará para
todos los hombres. Aquello que un hombre hace en secreto se manifiesta para el
mundo alrededor de él, para que todo el que pase pueda leer.
Están creciendo en
gracia, creciendo en Luz y creciendo en amor. Hasta que se complete su
victoria, estoy al lado de ustedes y con ustedes y también Mi gran Instructora,
la Amada Caridad, Quien es el Amor encarnado por la vida,
Revista La
Palabra, LAINEC, Suplemento 1994 Pág.12 -extracto-
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