viernes, 27 de noviembre de 2015

EL AMADO SEÑOR MAITREYA: 

ACTIVIDAD BALANCEADA 

El Puente, Marzo 1953

Ustedes están aquí para convertirse en Maestros de Amor.

No existe ninguna corriente de vida en todo el Gran Universo de Dios que no sea de alguna manera un Dispensador del Elemento del Amor.

El Amor es una fuerza dual de expansión y contracción -cohesión y radiación. Es una fuerza centrípeta y centrífuga.

La corriente de vida debe estar anclada en el centro exacto de su mundo y las dos fuerzas igualmente controladas de acuerdo al requerimiento del momento. Esto es Maestría. El Amor debe ser capaz de dar de sí mismo en la liberación de la radiación y de mantener un objeto en su propia órbita para que ni se acerque demasiado ni se aleje demasiado de la inteligencia central gobernado, de acuerdo al Diseño Divino.

Este es el aspecto más difícil en el logro de la Maestría -controlar la vibración inspirándose de la Fuerza del Amor y man­tener el balance entre la Bendición y la Absorción.

Atestigüen: Si la atracción del Sol atrae a un planeta una proporción infinitesimal más cerca al centro - cesa de ser...

Si un planeta es impulsado a alejarse sólo un poco más fuera de su órbita por el Sol - cesa de ser...

Así es con el hombre en su relación con cada cosa viviente y respirante y con cada objeto inanimado y con cada fuerza y poder con el cual es dotado.
El tiempo no Me permitirá ir hacia las ramificaciones de este aspecto, pero aún Espiritualmente, el hombre que atrae co­nocimiento y poder de la vida y no da un balance en servicio - está fuera del centro.


El hombre en su época actual al experimentar con la Ley y Poder del Amor usa demasiado de la fuerza de salida, lo que repele la presencia de la gente y las cosas, o, a través del mal uso del poder cohesivo, acumula más que lo que él puede balancear en servicio.

La gran lección que el alma debe aprender es la ACTIVIDAD BALANCEADA.

La Actividades del Amor generadas por los seres humanos pasan por tres etapas:

La primera es la Asociación Padres-Hijos - la adoración y solicitud de los padres por el infante y el afecto del niño y deificación de los padres, cuyo modelo y ejemplo escoge deificar.
(La mayoría de la raza humana vive dentro de esta fase de desarrollo)

Segundo: La Amistad, que consiste en el intercambio de conciencia: el disfrute de la asociación y la transmisión de más o menos lealtad y afecto, de acuerdo al desarrollo de la corriente de vida; cada uno siguiendo su sendero individual y permitiendo que la fuerza de su amor salga sólo en los momentos de crisis.

Tercero: El individuo que escoge utilizar su amor, su aso­ciación, sus talentos y su conciencia en el servicio progresivo de la raza.

Aquí tienen un pequeño porcentaje de la raza.


Fuente: Revista La Palabra, INEC, Febrero 1994 Pág.19

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