martes, 10 de noviembre de 2015

EL MAHA CHOHAN: 

RADIACION

       La radiación es un tema maravilloso para la contemplación. Cada expresión manifiesta en el universo entero, desde la molécula más pequeña hasta el Mismo Gran Sol Central, es un centro radiante de un tipo de vibración u otra. Cuando se paran cerca de un calentador en invierno, sienten el calor, aunque su vista física, como regla, no ve la sustancia que compone las ondas de calor.

       Todas las personas irradian constantemente, y la sustancia que es emitida desde sus diversos cuerpos afecta a todas las demás personas en todas partes sobre el planeta.

       Si recuerdan que lo que sale desde su cuerpo en pensamiento, palabra hablada o sentimiento afecta a todas las partes

de vida sobre el planeta – hombres, mujeres, niños, animales, plantas y vegetales, para bien o mal, sé que tratarán de expresar y expandir únicamente esa radiación que es tan confortadora y que es tan curadora como la Luz desde el sol.

       El planeta, como saben, está pasando por un período muy peligroso y caótico, y si pudiéramos depender de sus seres externos para mantener cierta armonía, podríamos usarles sin límite salvando a esta hermosa Tierra de manifestaciones y actividades destructivas.

       Desde el Corazón de la Presencia de cada uno de ustedes, amados seres, viene una corriente de Luz Electrónica que encuentra anclaje dentro de su corazón físico y forma allí una pulsación de Llama la cual ha sido referida como la Llama Triple de Dios.

       Desde esa Llama dentro de su corazón sale por todos sus cuerpos la energía electrónica mediante la cual viven. Esa energía es el Poder Divino que gobierna el universo y que anima toda forma manifiesta viviente. Dentro de esa energía que fluye desde el Corazón de su Presencia está el Poder de Vida Eterna y la única Fuerza CURATIVA en el universo. Sale a través de sus cuerpos cada segundo suficiente de esta fuerza electrónica desde el Corazón de Dios para curarles y liberarles completamente a ustedes y a toda la humanidad de toda manifestación y expresión de aflicción. Ustedes deben amados hijos, al igual que el resto de la humanidad, aprender el poder que hay dentro de su propia vida. Cuando a ese poder le sea permitido desarrollarse, se manifestará a través de ustedes con el cumplimiento de cada deseo de su corazón, y se hallarán siendo una expresión perfecta de la Deidad.”
       
La Carta de Shamballa-octubre 1955- 11 de octubre de 1993


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