EL AMADO SEÑOR SURYA:
TRAIGO A USTEDES LA PAZ DE SUVA
El
Puente, septiembre de 1959

Hoy a
medida que el planeta Tierra requiere Paz Divina, en una escala planetaria, y
como individuos en todas partes - a aquellos quienes están encarnados, a
aquellos quienes están sirviendo activamente a la Luz de Dios, a aquellos
quienes están entre las masas de la gente que están temerosos del esfuerzo
destructivo a través de la propagación de ideas de guerra - traigo a ustedes la
Paz de Suva, en donde estén por un momento sobre una isla, verde frondosa,
rodeada de un mar zafiro, en donde sus sentimientos se bañen con esa Luz
dorada, sus mentes sean iluminadas y armonizadas con su propia Presencia
Divina; sus cuerpos etéricos se aquieten y aún sus formas carnales durante ese
momento sientan esa Paz duradera que hemos sostenido durante millones de años.
Amados, ustedes quienes desean magnetizar de
nuevo los regalos de sus Cuerpos Causales, para el propósito de bendición de
sus propias corrientes de vida con la liberación de la aflicción, y bendiciendo
a todos con quienes se rodeen con la bendición de ese ímpetu que es suyo, a
ustedes digo, requieren esa Paz sostenida que es Nuestra en Suva; Paz para el
cuerpo, el alma y la mente, que precede a la liberación desde su propia
Presencia "YO SOY" a través del cordón de plata hacia dentro de su
propio Santo Ser Crístico de esos regalos de Fe Iluminada, de Sabiduría, de Puro
Amor Divino, de Pureza, de Verdad, de Curación, de Suministro Divino de toda
cosa buena y perfecta y del mayor arte de Invocación Consciente de las Llamas
Divinas que son tan requeridas de manifestar de nuevo visibles, ante la vista
física de la humanidad, en diversos puntos estratégico sobre la superficie de
la Tierra.
Estos son los Regalos del Fuego Sagrado de los cuales han oído, de
los cuales ustedes hablan, que pueden conocer y experimentar en cada célula y
átomo de su ser cuando hayan aprendido a vivir en Paz dentro de sí mismos y a
convertirse en una Presencia Comandando Paz donde quiera que se muevan.
Revista La Palabra, LAINEC, Marzo 2000 Pág.11 -extracto-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario