LA AMADA INMACULATA:
EL FIAT "HAGASE LA LUZ"
El Puente, junio 1961

Yo soy la
Observadora Silenciosa Planetaria, enviada desde la gran Observadora Silenciosa
Cósmica, llevando el diseño para la Tierra dentro de Mi Ser viviente,
respirante y para la Presencia Divina de cada corriente de vida enviada fuera
por Helios y Vesta.
Yo soy ese Ser Quien ha sostenido dentro de Mi
Seno y Conciencia y propia Vida, la Presencia viviente, respirante de cada
Espíritu Guardián Quien respondió al llamado de Helios y Vesta y escogió llegar
a ser parte de la protección de las evoluciones sobre esta Tierra. ¡Ustedes
son parte de Mi cuerpo, parte de la esencia de Mi Ser, y cada aliento suyo,
cada pulsación que pasa a través de la energía de sus seres auto-conscientes,
pasa a través de las energías de Mi Cuerpo y Mi vida. ¡Así que en verdad les
conozco bien!
Cuando Helios y
Vesta escogieron solicitar la oportunidad de crear un universo. Ellos
expandieron hacia afuera desde Su Ser, una gran esfera de influencia; la
periferia de esa esfera era la periferia del universo, dentro de la cual
morarían los planetas, las estrellas y todo lo perteneciente a ese universo.
Con el fíat de
"Hágase la Luz," Ellos hilaron desde Sus Propios Seres esa Sustancia
Universal desde la cual los Elohim crearon los planetas, y desde donde toda
forma ha venido a la existencia. A medida que cada planeta se diseño para ser
exhalado, desde el Corazón de la Observadora Silenciosa Cósmica, las Observadoras
Silenciosas Planetarias fueron enviadas fuera. Nosotros, a su vez, encarnamos
sólo un planeta, tomando sobre Nosotras mismas la responsabilidad del
sostenimiento del Concepto Inmaculado para ese planeta; para los ríos, los
océanos, las montañas, las vastas llanuras, y haciendo disponible ese patrón
para los Elohim y Constructores de la Forma que Ellos luego tejieron del
cuerpo-Luz Universal de Helios y Vesta.
La primera
actividad de la Observadora Silenciosa Planetaria es expandir el Cuerpo Causal
que se convierte en la cuna en la cual descansará el planeta y las siete
grandes esferas sobre las bandas de color de Nuestro Cuerpo Causal dentro de
las cuales vendrán los Espíritus Guardianes, los Ángeles y los Devas, creando
los Siete Reinos Celestiales de conciencia para las evoluciones que se
desarrollarán sobre cada planeta.
Desde dentro de
la sustancia y energía de los colores de Nuestros Cuerpos Causales se fabrican
los templos, la propia atmósfera de estas Esferas Internas. ¡De la sustancia
de Ese Cuerpo se forjan los elementos para su Tierra! De la sustancia del
Cuerpo Causal de la Observadora Silenciosa Planetaria se tejen las vestiduras,
los Siete Vehículos que lleva cada corriente de vida. ¡Así que ven cuan cierto
somos UNO y cómo la energía de sus cuerpos internos y su carne son una parte de
la esencia viviente de Mi Propio Ser!
Revista La Palabra, LAINEC, Enero 1999 Pág.8 -extracto-
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