domingo, 7 de mayo de 2017

EL AMADO SEÑOR SURYA: 

EL SACERDOCIO DE SUVA ES EL MAESTRO DE AMOR 

El Puente, septiembre de 1959

       Amados hijos de Dios sobre la faz de esta Tierra ahora, les he conocido y amado por mucho tiempo. Cuando el Continente de Mu floreció en lo que ahora es conocido como su Océano Pací­fico, ustedes estuvieron entre Aquellos de Nosotros Quienes eran los Sacerdotes de esa gran civilización en donde el Tercer Manú Raíz manifestó todas Sus sub-razas.


        Hemos sostenido a través de la Gracia del Dios Todopoderoso una porción de ese magnificente Continente llamado en mapas modernos la Isla del Gran Fiji, en donde está localizada Suva. Esta es sólo un pico de una de las grandes montañas del Conti­nente de Mu, en donde hoy el Sacerdocio aún mantiene el foco de Paz. tal Paz como sus queridas mentes y corazones no pueden concebir; esa Paz que viene de estar desconectado por un mo­mento de la acción vibratoria de los individuos quienes no están con la maestría completa de la energía de sus propios mundos.

Algunos pocos de ustedes han visto las olas que se levantan alto en los océanos de la época actual. Las poderosas ondinas al­gunas veces revolviéndose hacia arriba setenta pies, ellas rodean Nuestra Isla pero nunca la han inundado porque el Sacerdocio de Suva es el Maestro de Amor y esas ondinas aún no entrenadas llena de las creaciones impuestas sobre ellas aún en la propia cresta de sus poderosas olas retroceden y se inclinan delante la Paz. He visto esto realizado una y otra vez, de nuevo, no sólo por Mi mismo sino por el menor de los Miembros de la Hermandad de Suva, Quienes se paran sin temor en la playa y miran hacia arriba a esa gran montaña de agua y la aman de regreso al mar.

         Lo que ha sido hecho con el Elemento Agua también puede ser hecho con el Elemento Aire, donde en Suva ha desarrollado un aro protector para proteger y guiar a todas las embarcaciones y naves constructivas que cruzan el gran Pacífico y para detener a esos poderosos vientos, aún el más joven de los Hermanos en la Isla puede hacer eso. Protegemos en Suva a muchas, muchas de las almas de aquellos individuos quienes aparentemente han estado perdidas, no sólo por los mares, en los accidentes aéreos sino a tantos quienes han hecho la transición desde los cuerpos en Corea y durante todo ese infortunado incidente en el Oriente. 

        Estos individuos no todos habiendo hecho la Ascensión están aprendiendo el camino de la Paz y ellos subirán el puente hacia los Reinos de la Luz o ellos reaparecerán de nuevo en la civili­zación que actualmente está tan necesitada de Paz, de acuerdo a su libre albedrío, su desarrollo y su Plan Divino.

Ustedes han estado en Suva muchas veces y Yo he estado con ustedes. Quiero recordarles de nuevo que ustedes son siem­pre muy bienvenidos y que pueden considerarlo un oasis en el mundo en donde no parece haber en el presente suficiente de Paz Divina.
El Amado Surya

Revista La Palabra, LAINEC, Marzo 2000 Pág.11

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