jueves, 25 de mayo de 2017

LA AMADA MADRE MARIA: 

EL DIA DE LA ASCENSION DEL MAESTRO JESUS 

Memorias de la Amada Maria

          La noche antes de la Ascensión Él Nos habló y dijo a Juan y a Mí: “Mañana al amanecer Yo escalará la Colina de Betania sólo. Vengan con Pedro y Jacobo alrededor de la nueve y dejen que los demás les sigan”.

          La mañana llegó rápido y Jesús subió sólo la colina. Él era como un magneto el cual era de amor solamente. Su Presencia, Su dulce voz, Su cabello brillante, Su aura - todos éstos eran tan poderosamente magnéticos que donde quiera que Él estaba, aún si la gente estaba durmiendo, ellos se despertaban, se levantaban y le seguían!

          En esta mañana les hablé a los muchachos y dije: “Vigilen ahora que la gente no le siga a Él. Dejémoslo estas pocas horas -las últimas horas que Él sólo conocerá, como una parte de la Tierra. Permítanle comulgar con Virgo y Aries, con los Amados Helios y Vesta. Permítanle que adore al Amado Mayo, el mes de la Perfección.

           En efecto, apenas Su Presencia había comenzado a subir la colina, allí le siguieron los amados que deseaban estar con Él. Nosotros les retuvimos y a fin de mantenerlos felices, les conté algunas historias de Su vida. 

          Alrededor de las nueve, el resto de los discípulos y Yo misma ascendimos la colina. La Presencia del Amado Jesús ya estaba brillante y resplandeciente como un Sol. Estaba tan brillante la Luz resplandeciendo a través de Su cuerpo que escasamente podíamos mirarle. Entonces no Nos habló más. Sólo continuábamos orando con Él, atrayendo las Llamas de la Resurrección y de la Ascensión.

          Luego, sobre esa esplendorosa cima de la colina, desde la propia roca donde Yo había pasado muchos años en oración, Jesús ascendió conscientemente en la presencia visible de cientos de personas (cerca de quinientos en total).


Tomado del Libro: Memorias de la Amada Madre María, LAINEC -extracto-

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