jueves, 1 de diciembre de 2016

SHAMBALLA - FOCO DEL SEÑOR DEL MUNDO

El Puente, noviembre de 1957

          ¡Shamballa! ¡Cómo se agita el corazón con la mera mención de ese Nombre Sagrado! ¡Cuan nostálgico es el recuerdo (enterrado frecuentemente debajo de las presiones de la vida externa) de la paz y Luz de Shamballa, el Hogar Místico de la Gran Hermandad Blanca y, mientras estuvo sobre la Tierra, el hogar de morada del Amado Sanat Kumara, Nuestro “Señor del Mundo” durante tanto tiempo!

          ¡SHAMBALLA! ¡Una vez una idea, luego un Foco de Luz práctico y manifiesto! ¡Deseamos enfatizar el ESPIRITU de Shamballa el cual -al igual que el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca- es servir alegremente a la vida aprisionada para liberarla eternamente!

          La Esencia Divina de Shamballa con la que fue dotada desde el principio por el amor de Sanat Kumara, ha sido grandemente incrementada a través de todas las edades. El hermoso Espíritu de Shamballa anima esta Esencia Divina y la protege, la dirige hacia fuera hacia y a través de todos los que entren a Shamballa, dándoles nueva vida y vitalidad espiritual para más servicio.

          Recientemente, Nuestro Amado Sanat Kumara fue liberado de Su exilio voluntario aquí y regresó a Su planeta, a Su Complemento Divino y a Su gente. A Shamballa vino el Señor Gautama para asumir las actividades de Sanat Kumara como el Nuevo Señor del Mundo. Sin embargo, muy frecuentemente este Gran Señor de Amor y Luz - Sanat Kumara - regresa a Shamballa para servicio a la Tierra por razón de su dulce amor.

          Hoy, la hermosa Shamballa existe únicamente en el Reino Etérico sobre la atmósfera de la Tierra.

          El Espíritu de Shamballa abre Sus Brazos a todos y espera la venida de aquellos que aman la vida lo suficiente como para desear ayudar a liberar a la Tierra y Su gente. ¿Qué les trae a ustedes a Shamballa en esta Época Santa? Sus esperanzas, de una certeza; sus oraciones; su cosecha del año. ¿Enriquecerán este Espíritu mediante su Presencia? ¡Mediten sobre Esto!


Revista La Palabra, LAINEC, Diciembre 1993 Pág.3 -extractos-

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