domingo, 20 de septiembre de 2015

EL AMADO ARCANGEL MIGUEL

EL AMADO ARCANGEL MIGUEL

El Puente, julio 1959

Puedo hablarles sólo por un momento acerca del cuerpo etérico?
El cuerpo etérico, amados seres, es como un espejo. Registra instantáneamente los pensamientos y sentimientos, las acciones de las palabras y pronunciadas dentro de su propio ser. Imita eso que hacen, sobre lo que su atención descansa, y también refleja eso.
Los cuerpos etéricos de la humanidad han sido tan cicatrizados, tan mutilados, tan profundamente dañados por las experiencias de la vida que se parecen principalmente a una pena a la vista. Ellos son aparentemente lo que llamarían ustedes en la vida terrenal un "picado de viruelas". Estas vestiduras llevan las cicatrices de todas las desilusiones, desengaños, las heridas; todas las experiencias en donde la humanidad ha destruido la fe y la confianza y la creencia.
Estas experiencias incrustadas en el cuerpo etérico aparentemente yacen en reposo. Al igual que su carne repara una cortada o herida, así hace la inteligencia y Luz dentro del cuerpo etérico que teje sobre las cicatrices y heridas una semblanza similar de tejido reparado. PERO bajo tensión de 'stress' y esfuerzo, esas experiencias debilidades internas probablemente estallen nuevamente con odios renovados, con antagonismo renovados, y es Mi consejo para ustedes ponerse en serio a purificar esas vestiduras etéricas haciéndolas brillar, como ellas una vez fueron blancas puras, exquisitas, cuando las recibieron primero y comenzaron a registrar a través de la causa y efecto las experiencias de la vida dentro de ellas.
Lo que la humanidad hace el uno con el otro creando esas heridas profundas en el cuerpo etérico es mucho más desafortunado que las distorsiones tejidas en la forma física, porque cuando la forma es abandonada, la carne inocente retornando a la sustancia elemental, la herida no permanece. La vestidura etérica avanza con el hombre desde su primera encarnación hasta que es absorbida en el momento de la transmutación, en el instante de la Ascensión.
Así que vigilen bien, amados corazones, qué impresión hacen sobre las vestiduras etéricas el uno con el otro y vigilen bien que purifiquen esas energías suyas propias.
Hablo desde un corazón que está lleno de Amor por ustedes. Hablo en nombre del Reino Angélico y de Mis Amados Hermanos, la gran Hueste Ascendida de la Luz Quienes representan los siete Sentimientos Cósmicos dela Naturaleza de Dios.
¡Me gustaría recordarles que el primer pecado, el pecado original que sacó a los Ángeles del Cielo, a la humanidad del Jardín del Edén y produjo en los elementos la confusión fue LA REBELIÓN contra la Voluntad de Dios! ¡Miren profundo dentro de sus corazones y donde destelle la rebelión, sepan que es parte del pecado original que los condujo al planeta de sombra! ¡Les ayudaré a removerla!
¡El Amado Serapis Bey está tratando de atraer hacia dentro del mundo de la apariencia física ciertas melodías que ayudarán a establecer en los niveles internos la remoción de esos núcleos de rebelión que están asentados profundo dentro del mundo de sentimiento, porque el hombre no se convertirá en un Dios, el hombre no se manifestará como Ángeles, hasta que la rebelión sea transmutada en la gran entrega a Dios y amor por su prójimo!
El Arcángel Miguel

Fuente: Revista La Palabra, INEC, Septiembre 1993 Pág.7

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