sábado, 5 de septiembre de 2015

EL AMADO MAESTRO ASCENDIDO SAINT GERMAIN

   El Puente, mayo 1955
    Siempre he sido un gran amante de la asociación llamada amistad, porque ésta no sabe al sentimentalismo de los amantes, ni al cuidado excesivo de la familia y de los lazos de sangre. Es más bien un compartir honesto de la conciencia, del amor y de los regalos de la propia corriente de vida de cada uno, tangibles o intangibles, de acuerdo al estado de cada hombre.
       La verdadera amistad está basada en la absoluta honestidad (lo cual requiere ahondar en los lugares más recónditos de la mente externa). La amistad desea el mejor éxito y logro para el amigo. La amistad es principalmente un dar y no un tomar. Creo que en Nuestro Reino el término amistad más cercano describe la actitud de sentimiento y conciencia entre los miembros de la Hermandad. Aún en la relación de uno con la Presencia Divina dentro del corazón, una sensación creciente de camaradería y amistad hace la asociación tanto práctica como saludable.
       Estoy esperando que tales amistades se desarrollen entre todos aquellos de ustedes quienes deseen asistirnos en este momento. Manifestaciones de lealtad salen rápido de los labios a medida que se dispara la flecha desde la venia inclinada. La lealtad de corazón se desarrolla más lentamente y es irradiada como el calor gentil del fuego sobre el corazón cuando las primeras llamas violentas han encendido las profundidades de la madera y los carbones arden constantes y calientan y perduran. Esta es la hermandad intangible por la que estamos orando entre ustedes, los escogidos.

Fuente: Revista La Palabra, INEC, Agosto 1998 Pág.11


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