miércoles, 16 de septiembre de 2015

HOMBRE CONOCETE A TI MISMO

HOMBRE CONOCETE A TI MISMO



     ¡Oh hombre, la más perfecta de las creaciones de la naturaleza —suma total de miles de siglos de labor, trabajo y planificación! Hombre, recipiente de los Dioses — por que duermes tú!

     ¿No pueden pensar que los pequeños y tontos placeres de su vida diaria, en donde los sentidos encuentran alivio temporal, son la única razón para su creación? ¿Qué un gran planeta, colgado en este Sistema Solar por Seres sabios y grandes más allá de su presente comprensión, podría haber sido creado por el placer vacío de una existencia tal sin propósito?

     Aún la pequeña abeja, aparte de su diminuto mundo individual tiene una parte cósmica en el avance y el progreso de la raza ayu­dando en la reproducción de clases de flores... el diminuto gusano de la tierra le ofrece a ella un servicio para abrirla a las corrientes del aire y el sol... la mariposa lleva luz y éteres más finos a través de la atmósfera de la Tierra — cada uno en su lugar creado y traba­jando para la Totalidad.

     Sin embargo, el hombre, más sabio —más fino, mucho más no­ble que ellos— no pregunta por su propósito — contento de respirar el Aliento de la Vida sin ofrecer nada como contestación a su exis­tencia.

     Despierten — Oh gente complaciente de sí misma, y remuévan­se de la vida de placer y satisfacción, y mientras que todavía haya tiempo, encuentren un propósito para su vida.

     Un hombre sabio en preparación para cualquier viaje primero
selecciona su meta, y luego, si es prudente, busca la manera más rá­pida y el camino más directo para alcanzarla — planificando en avance el viaje y el paso que debe establecer.

     Y sin embargo, en la vida — el mayor y más importante de sus peregrinajes es de lo más tardío — a la deriva sin meta — siguiendo cualquier sendero que se abra delante de sus ojos, y haciendo círcu­los sin fin — sin lograr nada.

     Ojalá que el día llegara en que el hombre — hastiado de tanto vagar sin sentido — pudiera buscar la sabiduría de aquellos que han viajado delante de él, y humilde y sabiamente pedir el camino traza­do — estudiarlo bien y luego — recogiendo sus pertenencias necesa­rias, comenzar hacia adelante y hacia esa meta.

     Viendo el progreso y el desarrollo de la humanidad, vemos que su correr sin cesar aquí y allá no es más provechoso que los trajines de las hormigas en sus comunidades.

     Añoramos la hora en que sus movimientos sin cesar puedan ser aquietados, y ellos, por fin, quieran saber dónde van y quizás permitirán a aquellos quienes conocen el camino, asistirles para que enfrenten su meta… y marchar adelante rápidamente hacia su Victoria.

     . . .de los primeros escritos de la Señora Miriam. . .

Fuente: Revista “La Palabra”, INEC, Mayo 1979 Pág.11


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