lunes, 12 de octubre de 2015

EL ESPÍRITU DEL HOGAR

EL AMADO KUTHUMI:


Al Espíritu del Hogar se le ha dado poca consideración de parte de los individuos como un ente viviente, respirante, con una conciencia y una evolución propia que es controlada y afectada por las corrientes de vida que moran dentro del aura de tal espíritu elemental.

Como fácilmente entienden, las fuerzas de los cuatro elementos en su cuerpo son afectables y asumen las cualidades y características que su energía ha vertido a través de ellos en encarnaciones subsiguientes. El Espíritu del Hogar es de esta misma raza elemental y también está sujeto a las calificacio­nes de las corrientes de vida, y al flujo del aliento de los indi­viduos que moran dentro de éste.

Cuando se forma la idea o modelo, o plan o programa de­tallado de la habitación más sencilla en la mente del hombre, en ese momento, el Poder Divino que dio la idea al hombre atrae un espíritu elemental para que sea la Presencia guardiana y protectora de esa manifestación. De hecho, toda forma mani­fiesta tiene tal guardia elemental invisible -desde la piedra más pequeña hasta el castillo más grande. Cuando el hogar es materializado y atraído a la forma visible, este espíritu elemen­tal lo predomina, y así como el Cuerpo Causal de un tipo de Espíritu nuevo no contiene ningún color, así es este espíritu elemental sin ninguna calificación de imperfección, pero es un Ser vibrante, pulsando más o menos a merced de las corrientes de vida que habitarán el hogar y gobernarán el campo de fuerza alrededor de éste, que es, en Verdad, el cuerpo del Espíritu Elemental.

Mirando numerosas secciones de casas modestas, peque­ñas aún sin ser habitadas a medida que caminamos las calles de sus ciudades, y a medida que los Espíritus Elementales Nos saludan con su manera gentil, sólo podemos desear que el fu­turo de todos ellos sea feliz y armonioso. Naturalmente que en la contabilidad final será así, pero estas Presencias guardianas elementales esperan la entrada de una familia al hogar con la misma anticipación que los individuos esperan el nacimien­to de un niño o a un nuevo miembro de la familia a quien nadie ha visto u oído. Particularmente en Europa, donde los castillos y fincas feudales de gran belleza han perdurado durante las centurias, y donde los brazos frondosos de los Espíritus guardianes elementales se extienden lejos a través de la campiña, encontramos a esos Espíritus pesadamente satura­dos de las cualidades y características de las familias que han exhalado sus conciencias, encarnación tras encarnación, y los récord etéricos dentro de estos grandes Devas elementales encargados de estas residencias exquisitas, están malamente cicatrizados con los récord de seres humanos quienes estu­vieron totalmente inconscientes del hecho de que ellos estaban escribiendo sus historias sobre el cuerpo de un Ser Viviente!. Cuando Dios le ha dado al hombre tal belleza y tal protec­ción, parece difícil entender como las fuerzas de los cuatro ele­mentos, a través del fíat del Padre, deben soportar el peso de la iniquidad del hombre tanto tiempo y tan silenciosamente!.


Cuando un hogar ha caído en la disolución y es reclamado y embellecido, el Espíritu de ese hogar llega a estar muy agradecido y feliz debido a los récord internos de esa belleza expresada, y el Espíritu de ese hogar, a su vez, vierte una bendición sobre las corrientes de vida que han hecho posible esa Belleza y Perfección.




Fuente: folleto INEC “La Sabiduría de las Edades” Pág.50

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